Personaje real cuyo nombre era Mirddin ab Morfryn (Mirddin Wyllt) un druida y bardo del siglo VI, apodado “el Salvaje”, conocido por sus notables condiciones de guerrero. Otros sostienen que se trata de la síntesis de cuatro personajes y no de uno. En la bahía de Tintagel, cercana a Cadbury Castle (¿Camelot?), muchos aseguran que se encuentra su caverna, en cuyas profundidades se escucha el eco del mar...De cualquier modo, en lo que parece haber acuerdo es que su figura constituye un símbolo medieval de la ancestral cultura céltica, o quizás de una cultura todavía anterior.
Un druida, un “maestro de sabiduría” como los llamó Pomponio Mela, sobreviviente de un mágico momento multilineal de la historia. Un habitante de esta dimensión, hijo de un demonio y de una doncella, quien tenía la capacidad de ver percepciones inexploradas en lo más profundo de la naturaleza. Que conoció el nemeton, el espacio sagrado y oculto entre los árboles, donde es posible recordar los tiempos primigenios de la tierra y sentirse hermano con todos los seres. Que experimentó la locura trascendente de los videntes y se internó en los bosques acompañado de un lobo como guía. Que fue camarada del rey Uther Pendragón y de su hijo, el rey Arturo. Que presagió los megalitos circulares de Stonehenge y que reveló los circulares planos de la Tabla Redonda. Que compartió con el bardo Taliesín y lo guió por un mundo vibrante de aventuras. Que finalmente fue cautivado por el amor y, cual guerrero del espíritu de la naturaleza, descansa en los brazos de Viviana, la “dama del lago”, rodeado de un círculo de rosas y cubierto de un manto de luciérnagas.
Fàilte dhut gu brath.
Myrddin. Myrddin. Myrddin.
“En la época de Merlín, los seres de la Naturaleza aún hablaban al hombre desde bosques y florestas, desde el mundo de las plantas y desde las olas del mar”.
Walter Johannes Stein
No hay comentarios:
Publicar un comentario