Caminar sobre las brasas sin quemarse, parece ser imposible, sin embargo muchos lo hacen.
Los intrépidos que se atreven, atribuyen este aparente inexplicable fenómeno a poderes sobrenaturales, pero se sabe que las cenizas y la transpiración de los pies son una protección natural contra el calor del fuego.
Es común observar a algunos individuos que son capaces de acostarse en una cama de clavos filosos sin lastimarse, pero también este fenómeno puede explicarse físicamente. La cantidad de clavos permite que el peso del cuerpo se distribuya en forma pareja evitando ejercer presión suficiente como para perforar la piel.
Abundan los magos que aprovechan la inocencia de la gente sencilla para quedarse con su dinero y esto es posible en parte porque la gente sin educación prefiere confiar en lo oculto influenciada por la superstición.
Los chamanes de las tribus de todo el mundo, que son los que han heredado los conocimientos de sus ancestros para curar y los que tienen mayores posibilidades de desarrollo en su medio, relacionan la vida con la naturaleza y creen firmemente en que los problemas del hombre se deben a una desconexión con ella, centrando su trabajo en restablecer ese contacto.
Desde siempre el hombre se ha sentido atraído hacia lo mágico. La magia se basa en conceptos no racionales y en algunos casos permite experimentar estados de conciencia alterados, mediante el consumo de hierbas naturales u hongos con propiedades alucinógenas, que producen alteraciones en la percepción.
Estos estados se interpretan como el intento de establecer un vínculo con los espíritus de la naturaleza; y junto a los rituales, representan los artilugios necesarios para atravesar las barreras terrenales y descubrir el misterio de la vida.
Los monjes tibetanos reciben una estricta disciplina y se entrenan desde pequeños para dominar su mente y lograr hazañas asombrosas con sus cuerpos.
La fuerza que desarrollan para romper objetos de un solo golpe con la mano tiene su explicación física y mental.
El continuo entrenamiento les permite fortalecer su cuerpo y permanecer insensibles al dolor, y su perfecta concentración lo hace posible.
Se ha logrado descubrir que esta concentración se produce cuando el cerebro deja de pensar en lo que va a suceder y cambia su ritmo.
Los electroencefalogramas indican que el pensamiento en estado de vigilia produce ondas Beta, en tanto que cuando está en reposo, relajado y concentrado la actividad cerebral es Alfa.
Este estado mental Alfa, de absoluta concentración donde no hay pensamientos, es equivalente a la energía Chi.
Los monjes budistas son capaces de sobrevivir a temperaturas extremadamente bajas en estado de meditación con técnicas de visualización.
Pero también cualquiera de nosotros puede tener el poder de enfriar su mano con sólo pensar que la está introduciendo en agua helada, y calentarla si piensa que el agua está caliente.
La mente y el cuerpo son una unidad indivisible, la mente puede controlar el cuerpo y la visualización parecería tener el poder de modificar la materia.
Estudios recientes sobre este fenómeno indican que en realidad no es que la mente pueda modificar la materia sino que la material podría ser sólo producto del pensamiento, o sea que tal como ya lo afirmaban los sabios de la antigüedad, la realidad material podría no existir independientemente del hombre, o sea que la identidad entre el observador y lo observado, sólo dependería de la intención.
Las experiencias en este sentido se realizaron con naipes, y los resultados evidenciaron un porcentaje mayor de aciertos en aquellos que practicaban el control mental para predecir la aparición de una carta, que el grupo que trataba de utilizar el azar.
Se considera que el entrenamiento podría aumentar todavía más las posibilidades de aciertos, ya que el hombre todavía no está preparado para aceptar esta hipótesis.
1 comentario:
esto de los comentarios deberian hacerlo capaces de dejar una imagen, este tema sabes que es interesante, besos
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